Profundización de mi compasión
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El amor en su especial dimensión de compasión constituye uno de los fundamentos de toda sociedad civilizada. Es la compasión lo que me hace sensible al sufrimiento, cualquiera que sea su forma. Es la compasión lo que ensancha mi corazón y me permite ser sensible a una necesidad del otro lado del planeta, lo que me permite reconocer a un hermano o hermana en el vagabundo de mala calidad en la calle o en la prostituta adolescente en el bar local.
Que la compasión profundice siempre mi preocupación por el sufrimiento del mundo y aún más mi deseo de curarlo.
Que mi compasión me lleve a abrazar inmediatamente cualquier sufrimiento del que tome conciencia, no tomándolo y sufriendo con el otro, sino elevándolo en el pensamiento con la inspiración de la Gracia y depositándolo a los pies del Amor infinito que cura. todos.
En lugar de lamentar la injusticia en el mundo o las catástrofes aquí o allá, que la compasión me permita abrir mi bolso, mis manos o mi corazón para aliviar el dolor por el que otros están pasando.
Que mi periódico diario o el boletín de noticias de la televisión se conviertan en mi libro de oraciones diario mientras bendigo y revierto todos los eventos dramáticos o tristes informados, sabiendo y sintiendo que detrás de la escena material hipnótica hay otra Realidad de luz eterna y Amor universal e incondicional esperando a todos.
Que mi compasión abrace Tu maravillosa creación, desde el minúsculo insecto hasta la enorme ballena azul, desde el modesto arbusto hasta las imponentes secuoyas o los cedros del Sahara de 3000 años de antigüedad, desde el diminuto arroyo hasta el océano infinito, porque Tú has los creó para nuestro disfrute y placer.
Y finalmente, que mi compasión sea tan aguda y sensible que finalmente aprenda a traspasar el velo de la ignorancia que me hace ver un mundo material de sufrimiento donde la verdadera visión discierne sólo la gloriosa omnipresencia del infinito Amor espiritual y su perfecta manifestación en todas partes.